Marleny y Aura vivieron en carne propia la desaparición forzada de un ser querido. Marleny tuvo que ir, embarazada, a pedirle a un comandante paramilitar que no asesinara a su esposo, pero el padre de sus hijos fue asesinado y aún se encuentra desaparecido. Aura pudo encontrar el cuerpo de su hija Marisela tras años de búsqueda, darle una sepultura digna y sembrar un árbol como recuerdo en el territorio donde paramilitares del Bloque Sur de los Andaquíes le quitaron la vida.